Nuestro alumno de esta semana es Iker, futuro científico y actual estudiante de Biotecnología. En su familia han sufrido en primera mano enfermedades graves, como el cáncer y el alzheimer, y su ilusión siempre ha sido contribuir a la investigación de las enfermedades.
Inicialmente pensaba estudiar Biomedicina, pero al final se inclinó por Biotecnología en la @upna: “Es prácticamente como una Ingeniería. Estudiamos Cálculo y Álgebra, Estadística, Física o Termodinámica. El año pasado me fue bien, pero estoy deseando que llegue tercero, donde las asignaturas son más específicas”.
Iker aún no sabe si se dedicará a la investigación o a la docencia. Y es que Iker es una persona muuuuuy paciente, y está disfrutando mucho de ser profe en la resi. “Me gusta mucho dar clase. Las mentoras del curso pasado nos ayudaron mucho. Este año quiero agradecer esa ayuda que recibí”.
Está encantado, en la ciudad y en la residencia, aunque estaba asustado al principio. “Soy muy vergonzoso, pero en realidad hice amig@s rápido”.
Iker siempre se ha esforzado para salir de su zona de confort y ganar confianza. Toca el trombón en una orquesta y ha practicado deportes de equipo, como el baloncesto, que le han ayudado a abrirse.
Estudiar fuera de casa ha sido un estímulo importante para vencer su timidez. Es una persona muy familiar: “Con mi hermana pequeña tengo una relación muy estrecha. Y mi madre es un pilar fundamental. En momentos difíciles de mi vida, me ha enseñado que las cosas pasan por algo y debo enfocarlo constructivamente”.
También se acordaba de su perro Max: “Lo adoptamos justo antes de la pandemia. Entonces pasamos mucho tiempo juntos. Es un perro un poco antipático… pero cuando regreso a casa, ¡se vuelve loco!”
Es normal echar de menos a Iker. Es un chico encantador, amable, responsable y servicial. Uno de sus principales fans es su abuelo Jaime: “¡Es un tecnólogo! Siempre está pendiente de lo que publicáis en las redes sociales. El otro día me dijo ¡ya estás haciendo de profe otra vez!”
