Nuestro alumno de la semana, Esteban, está en su segundo curso de Arquitectura y también en su segundo año en Camplus Sevilla donde llegó desde Huelva el curso pasado con sus amigos Germán y Víctor.
Desde que tenía 3 años decía que de mayor iba a ser arquitecto: “Siempre me ha atraído el interiorismo y el diseño de los edificios, desde pequeño en casa siempre intentaba organizar y ordenar mi casa; incluso he hecho algún proyecto en Autocad de reformas de mi casa para entretenerme”. Está disfrutando mucho de la carrera y tiene claro que no se ha equivocado.
Cuando termine, le gustaría trabajar en algo relacionado con la conservación del patrimonio, aunque está abierto a otros proyectos.
La pasión de Esteban es la Semana Santa. En Huelva es hermano de dos Hermandades, “La Buena Muerte” y “El Nazareno”, sale de costalero en una y de acólito en la otra, aunque también participa en más procesiones. Aquí en Sevilla también lleva diez años de hermano en la Hermandad Jesús Despojado.
Esteban jugaba de pequeño al fútbol, pero desde los 12 años lo hace al rugby. Víctor, uno de los residentes con los que vino y amigo suyo desde que nacieron prácticamente, le metió el veneno de este deporte.
En Huelva jugaba en el Tartessos y ahora juega aquí en el equipo UAS de Mairena del Aljarafe: “Del rugby, lo que más me gusta es que transmite unos valores muy buenos, sobre todo, el respeto hacia el árbitro y al rival; el tercer tiempo es algo único en el deporte porque te unes con el equipo contrario con el que te has estado “pegando” y compartes momentos… También la disciplina que se tiene… Es un deporte muy sacrificado”.
Es de esas personas que tiene muchísimas aficiones. Le gusta navegar en barco con su tío los veranos, la fotografía (tiene un dron para hacer fotos), la caza, los toros… Vamos, que toca todos los palos.
En la residencia se adaptó muy rápidamente: “Al venir acompañado el primer año fue más sencillo, pero los veteranos también me acogieron muy bien desde el principio. Hice muy buenas amistades que todavía mantengo”.