Todo apuntaba a que Carla, nuestra alumna de la semana, estudiaría Odontología. Sus padres son dentistas y ella siempre se mostraba curiosa: les pedía que le enseñaran radiografías y le hablaran del trabajo.
Sin embargo, en Bachiller se dio cuenta de que Odontología se le quedaba… un poco corto. Ella no quería limitarse a la boca, le interesaba todo el cuerpo humano. Y comprendió que Medicina era su vocación: “Entender qué le pasa el paciente, intentar ayudarle… Me parece ¡lo mejor que puedo hacer!”
Sobre todo, le encanta la Pediatría, porque l@s niñ@s ¡son su debilidad! Disfruta mucho con su hermano pequeño y sus primos. Se considera muy familiar, y agradece estudiar en Pamplona para regresar muchos findes a su ciudad natal, Tudela.
Escogió la UNAV no solo por la cercanía, sino por la reputación. Su tío había estudiado en la UNAV y le dijo: “Si quieres estudiar Medicina, esta universidad es la mejor”. También le gustó el plan de estudios, que enfoca el conocimiento del cuerpo de una forma integral, para luego profundizar en cada elemento. Cuando supo que había sido admitida fue ¡un “alegrón”!
La elección de la residencia no le costó trabajo: “En Tudela, Camplus tiene muy buena fama. Alicia, amiga de mi hermana, también estudiaba Medicina y vivía en Camplus. Me dijo, ¡podré ser tu mentora! Si estudias en Pamplona, debes ir a Camplus”.
En la resi se siente como en Casa gracias a sus amigas: “Como l@s estudiantes de Medicina llegamos antes que el resto de alumn@s, hicimos piña desde el primer día”.
Reconoce que “estudiar todo el tiempo te consume” y hay que tener válvulas de escape. A ella le gusta ir al gimnasio con las amigas, ¡no hay nada mejor que una clase de spinning para liberar tensiones!
Ciertamente, Carla es una persona responsable y autoexigente. Se considera organizada y bastante estructurada. ¡Y no soporta llegar tarde! Amable, paciente y tranquila, es siempre ¡una estupenda compañía!
