Hoy tenemos como alumna de la semana a Marta, otra de nuestras “clásicas” que llegó el curso pasado desde nuestro querido Montijo (Badajoz).
De Marta ya hablamos en su momento en la entrevista de Mario, su primo: “Mario es como un hermano para mí; hemos crecido juntos, es un gran amigo y agradezco haber entrado a la vez en la residencia porque él habla con todo el mundo y me facilitó conocer gente”. “No he podido tener más suerte con las amistades; se nota lo bien que estás en un sitio por lo poco que vamos a casa los fines de semana. Hemos hecho un grupo muy bueno y hemos llegado a salir 80 personas de la resi juntos”.
Marta estudia Psicología, y aunque hasta 1º de Bachillerato pensaba hacer Medicina, poco a poco fue cambiando de idea… Y está muy contenta: “La facultad funciona muy bien y hacemos prácticas de casi todas las asignaturas”.
Cuando empezó sus estudios pensaba montar en el futuro su propia consulta privada, pero ahora se inclina más por hacer el “PIR” para trabajar en un hospital, aunque es complicado porque hay muy pocos psicólogos en cada centro.
“Siempre me han gustado los hospitales porque, aunque aparentemente sea algo muy triste, yo lo veo desde la perspectiva de poder ayudar a los demás a recuperarse”. Si finalmente acabara en la privada, le encantaría trabajar con niños. María José, su madre, es profesora y a Marta siempre le han gustado los niños y ha participado, incluso, como monitora en campamentos infantiles.
La familia de Marta (y Mario) no puede ser más acogedora. Este año han repetido excursión a Montijo y por su cumpleaños fueron hasta 20 residentes; hicieron una fiesta de disfraces y degustaron una paella riquísima que cocinó su padre, Rafael.
Durante muchos años Marta practicó gimnasia rítmica y piano, que comenzó a tocar a los 8 años en una escuela de música. Lo hacía por hobby, sin especial interés por sacarse ninguna titulación: “Con lo que más disfrutaba era interpretando canciones modernas”.
De Sevilla lo que más le gusta es el clima y el ambiente y salir desde el mediodía a tapear, sobre todo por Triana: “A mi madre le encanta La Esperanza de Triana y hemos venido mucho a este barrio”.