Gabriel Rodríguez

Gabriel, nuestro alumno de la semana, sabe desde siempre cuál es su vocación: quiere ser profesor. Ha tenido ocasión de asegurarse, ya que colabora como monitor todos los viernes y todos los veranos en grupos de scout. Lo hace altruistamente, porque le realiza mucho ayudar a l@s niñ@s.

Se siente muy agradecido con algunos de sus antigu@s profesor@s, que tuvo en el colegio Jesuitas de Pamplona. Piensa que, si no hubiera sido por ell@s, no sería la persona en la que se ha convertido. Es por eso que decidió estudiar Magisterio precisamente en la Universidad de Navarra. Quería seguir recibiendo una formación en valores, como la que le ofreció el Colegio Jesuitas: “Los profesores hicieron mucho más que enseñarme asignaturas, me ayudaron a encontrarme. Ellos reforzaron mi vocación”. De hecho, su gran sueño sería trabajar algún día en este mismo colegio: “Me gustaría educar como me han educado a mí, acompañar a los chavales, no solo dar clase”.

Intentará compaginarlo con su otra pasión. Su madre estudió Bellas Artes y Gabriel ha crecido rodeado de acuarelas y témperas. Su afición por el Arte mural ha sido una constante desde niño, le encanta y ¡tiene muchas actitudes!

Para él también es fundamental el deporte, concretamente el kick boxing: “Es un deporte muy noble, que te amuebla la cabeza. Aprendes a respetarte y a respetar al otro por encima de todo”.

Gabriel es muy expansivo y comunicativo, como suele decirse ¡la alegría de la huerta! Siempre tiene una palabra amable para todos nosotros. Admite que sufrió bullying cuando era niño y eso le ha ayudado a ser empático y preocuparse por los demás. Para él, es importante crear buenos entornos y contribuir a que todos se sientan bien. Es carismático y sincero, un chico que siempre aporta, desde su sensibilidad y su vitalidad.