Nuestra alumna de la semana, Cristina, viene de Marbella y no tenía claro qué estudiar hasta finales de la ESO. Una vez que se decidió por Arquitectura, empezó a fijarse más en las estructuras de las construcciones que veía, en cómo estaban hechas las casas… En parte, este interés le viene de familia. Su abuelo era jefe de obra y su padre también trabaja en la construcción como albañil. En casa siempre ha visto a su padre dibujando, haciendo esquemas sobre construcciones…
De momento la carrera le está yendo muy bien, y en primero lo aprobó todo: “No considero que sea especialmente difícil pero sí de echarle muchísimas horas tanto para la teoría como para presentar proyectos”; las famosas entregas de Arquitectura”. Todavía no sabe lo que quiere hacer cuando termine. Piensa que empezará por cuenta ajena pero no descarta montar su propia empresa en el futuro.
Hasta el día anterior de echar la matrícula no sabía si elegir Málaga o Sevilla. Se decidió, en parte, porque sabía que aquí había varias residencias muy cercanas a su facultad y también le apetecía salir de su “zona de confort”: “Sevilla es una ciudad que me encanta, lo único que le falta es playa”. Para la residencia también es una suerte tenerla aquí porque Cristina desprende simpatía y va siempre con una sonrisa en la boca.
Su madre vivió en su día en una residencia universitaria y le recomendó esta opción: “Aquí nunca estás sola. Este año hemos hecho un grupo bastante grande, y también me gusta conocer gente de muchos lugares de España, incluso hemos visitado algunas de esas ciudades”. Una de las cosas que más le gusta es estar en el salón de la resi con sus compis para ver una buena peli o lo que surja, aunque echa de menos a su amiga Marta que este año volvió a Mallorca.
Cristina también tuvo su etapa de deportista; hasta que tuvo que dejarlo por los estudios y por la pandemia estuvo jugando al golf y a muy buen nivel. Llegó a ser Campeona de Andalucía de su edad. Jugaba y entrenaba todos los fines de semana, pero hubo un momento en que para seguir progresando tenía que entrenar más días y era muy complicado porque los campos estaban lejos de su casa.