Javier sabe que no existen los errores, sino las oportunidades de aprendizaje. Por eso, no se siente incómodo por haber iniciado unos estudios (Publicidad y Periodismo) y comprobar que no era lo que buscaba. Este año ha empezado Marketing y está encantado, ¡ahora sí!
En realidad es una persona con las ideas bastante claras. Ya sabe a qué dedicarse, ahora se trata de aprender todas las herramientas para hacer realidad su sueño: “Quiero crear una distribuidora de vino que promocione los vinos de bodegas pequeñas de La Rioja alavesa. Son vinos increíbles, ya que se prioriza la calidad por encima de la producción. Se trabaja con dedicación y con cariño”.
Sus hobbies también están muy definidos. Es un amante de la moda y de su fagot, ¡su gran aliado en momentos de estrés!, que toca en la banda de música de su ciudad.
Proviene de una familia emprendedora; su bisabuelo empezó su actividad empresarial comprando viñas. La propiedad fue creciendo, hasta convertirse en una gran explotación familiar. Es hijo único y siente el peso de la responsabilidad del testigo que cogerá algún día!! “Estoy muy orgulloso de lo que ha hecho mi familia. Me ha enseñado que con esfuerzo y constancia se puede llegar a cualquier parte. También me siento agradecido porque han confiado en mí”.
Es una persona muy familiar y le gusta estudiar en Pamplona por la cercanía con La Guardia (su pueblo natal): “Es una ciudad con mucho ambiente estudiantil. Y puedo ir cualquier tarde a La Guardia, para ver a mi gente. Tengo claras mis prioridades: la familia, los amigos y aprovechar el tiempo, que se escapa […] La adaptación ha sido fácil. En la residencia me siento en familia fuera de casa. L@s veteran@s nos han ayudado mucho. Somos personas muy distintas, de diferentes carreras y procedencias, que nos respetamos y aprendemos unas de otras”.
Su padre estuvo muy enfermo y eso le hizo madurar rápido. Y es que debajo de la fachada de chico divertido y animadísimo, subyace una persona con sólidos valores y una mente lúcida: “He vivido mucho. Soy muy sociable e independiente, pero por encima de todo soy familiar, amigo de mis amig@s y una persona leal”.
Su llegada a la residencia ha sido como un soplo de aire fresco. Porque Javier es muy alegre, comunicativo y generoso. Tiene una energía contagiosa que, definitivamente, ¡te anima el día!