Dani, nuestro alumno de la semana, entró en Camplus por la puerta grande, como suele decirse, porque pertenece a un ¡noble abolengo! Su hermano Pablo fue alumno de Camplus y nos dejó un recuerdo tan entrañable que la llegada de Dani no podía ser mejor recibida.
Podemos decir que las expectativas se han cumplido, porque en su primer año en la residencia, Dani ya ha mostrado ser “un buen chaval”, sanote, atento y responsable. Reconoce que ser hermano de Pablo le facilitó la adaptación: “Aunque muchos alumnos actuales no convivieron con él, le conocen. Cuando salimos ¡siempre acabamos juntos los de Camplus”.
Está estudiando en la UPNA Ingeniería eléctrica y electrónica, porque le encanta la robótica. Lleva la vocación “ingenieril” en la sangre, ya que su padre es ingeniero agrónomo y su hermano ingeniero industrial. La carrera le parece complicada, pero tiene confianza en sus posibilidades: “El primer año es difícil que te guste, ¡sufres mucho!, aunque pienso que la acabaré”.
Cuando termine la carrera, aspira a un trabajo que le motive y que no sea muy repetitivo. Para él es importante disfrutar de su profesión.
Decidió estudiar en Pamplona por recomendación de su hermano y porque le apetecía cambiar de aires. Él es “muy de Miranda (de Ebro)”. Lleva a su pueblo y a su equipo, el Mirandés, ¡tatuado en el alma!, pero le parecía saludable salir de su zona de confort y abrir su círculo: “L@s amig@s que haces en la residencia son especiales, compartes la vida con ell@s y se crea mucha relación”.
Su gran pasión es el baloncesto. Se ha apuntado en el equipo de la resi y está contando los días que faltan ¡¡para empezar el campeonato!!
Se considera una persona conciliadora. No le gustan las personas problemáticas, prefiere la gente tranquila y sensata. Es reservado y a la vez sociable. Un chico amable, ¡y muy leal!